La fantasía es, en parte irrealizable, por eso es fantasía. Para ser buenos amantes no hay que cumplirle la fantasía a nadie, hay que ser cómplice de una narrativa mientras la relación se va desarrollando. Y como la metáfora es infinita, puede seguir viva haciendo de puente entre dos personas.
Muchas mujeres se quejan de que el hombre estimula el cuerpo y no el alma.
En realidad, lo bueno sería saber usar el cuerpo, ampliar su potencia de sentidos, tener narrativas genuinas y no guiones repetidos. Es necesario generar el sexo en vez de repetirlo... Y eso, aunque involucre al cuerpo, es un trabajo del alma.
Sí hay una queja más sensata y que mejor apunta al núcleo de la cuestión: El hombre guía su sexualidad a través de conductas "cosas que tienen que hacerse" y no a través de sentidos "cosas que pueden sentirse o referirse".
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